Peregrinación a Getafe  

Posted by sir Andreu Heineken I de Arcadia:

Saludos camarada, ten tomate la última birra antes de que cierre, pues mañana hay que madrugar y mucho.

Bueno, como sabrás este es el gran finde. Apenas faltan 21 horas para que los acordes de metal empiezen a retumbar en nuestros sesos. 20 de los mejores profetas de nuestra religión harán sonar sus misas, en las que el rock y el kalimocho se fusionarán en una locura de 48 horas a las que espero sobrevivir.

Mañana a las 6.30 de la mañanota, partiremos yo y un colega hasta Madrid, la gran ciudad cercana a Getafe. Allí nos reuniremos con tres caballeros más y acto seguido empezará la priba. Nos instalaremos en el campamento base y seguiremos bebiendo... hasta que empieze el espectáculo.

Según dicen, 40.000 fieles se reunirán en el lugar, y desde los dos gigantescos altares, espero nos hagan vibrar, saltar, golpear, pribar, rockear, y, si hay suerte incluso ligar.

Bueno, si vuelvo de una pieza, dentro de dos dias (tal vez tres) te contaré los detalles. Hasta entonces: suerte!


Agua  

Posted by sir Andreu Heineken I de Arcadia:

Buenas viajero, ¿como va todo? ATXUUM! sniff... pues por aquí todo bien, tan solo un poco resfriados por la lluvia que ha caído este fin de semana, vaya diluvio.

El viernes tenia un compromiso con mis amigos los Tunos en una elegantísima posada en la zona de la alta nobleza de la ciudad. Estuvimos festejando el cumpleaños de una noble francesa, animándole la cena a ella, a sus nobles invitados y a sus hermosas hijas. Cantamos, bebimos y hurtamos algo de valiosísimo ron añejo, naranjas y limones. Cuando los posaderos, cabreados por nuestras fechorías nos hecharon, fuimos a continuar la lluviosa noche en la alegre zona portuaria, donde seguimos bebiendo y cantando bajo el agua hasta estar completamente empapados. En cuanto el frío empezó a calarnos los huesos un Tuno veterano nos acercó hasta la morada en su carruaje. Nada más decir que llegué a casa como si me hubiera hechado a nadar en un estanque.

Y el sábado con mis habituales camaradas, fuimos a calimochearnos en tierras gomileras hasta bien tarde. Estuvimos a punto de contemplar dos enfrentamientos, aunque ambos acabaron sin sangre: uno era un duelo entre dos miembros de la misma tribu. No sé por que pero ambos parecían muy cabreados, al final uno de ellos huyó antes de que el otro le partiera el cráneo. El segundo fue provocado por un alborotador que le arreó al gran espíritu heavy que mora por Gomila. Más rápido que el rayo el guardián de la taberna "Fraguel Rock" le dio una lección y enseguida le tumbó, justo a tiempo pues el espíritu estaba ya dispuesto a contraatacar y vengar la ofensa. Al final el compasivo espíritu del heavy le perdonó la vida al alborotador, le ofreció la mano en señal de paz y todos tan felices.

Tal vez fuese la lluvia que enfureció a la gente, aunque he de decir que a mi me encanta caminar bajo la lluvia, sentir el frío tacto del agua, y el olorcillo que desprende, no sé, a mi me relaja.

En fin, que te vaya bien y hasta nuestro próximo encuentro.