Buenas tardes viajero, te preguntarás porqué la taberna ha permanecido cerrada durante estos días... bueno eso es debido a que yo y algunos de mis parientes cercanos hemos realizado un viajecito diplomático al bello reino del norte conocido en estos días como Asturias. Siéntate, te sirvo una buena Sidra asturiana (que aunque al escarciarla yo, quede más fuera que dentro, está de puta madre) mientras escuchas mi relato de estas tierras del Norte.

La expedición ha sido de lo más tranquila y agradable, hemos residido en una bonita estancia cercana al palacio de mis parientes asturianos en Oviedo y no ha habido ningún contratiempo digno de mención. Tres cosas he de destacar de mi estancia en las tierras astures.

La primera, y seguramente la más importante, es la maravillosa gastronomíia que tuvimos oportunidad de degustar. Ya sea porque en esa tierra le dan gran importancia a la sabrosura de sus comidas o porque nos encontramos en unas fechas donde quién más quien menos cuida un poco sus platos. De todos modos, hacía mucho, mucho tiempo que en tan pocos días saboreaba los intensos sabores de manjares como el cerdo, cordero, ternera tan sabrosas. Y ese banquete de despedida que fue un caldo de marisco acompañado de tapitas de calamares, ostras, gambas, pulpo, chipirones y otras delicias submarinas cuyo nombre no logro recordar.
A parte, entra comida y comida no faltaban esos chorizillos remarcados con el inocente pero exquisito sabor de una buena sidra escarciada tal y como allí manda la tradición.

El segundo aspecto a destacar es precisamente el aspecto asturiano. Su paisaje. Inmensas llanuras del más puro de los verdes, pobladas de vacas y algún que otro caballo, vigiladas por las imponentes cordilleras nevadas y terminadas de repente por un escarpado precipicio que va a parar a un embravecido mar cantábrico.

La última cosa que quiero comentarte hace referencia a los asturianos en si. Aunque a primera vista, cuando uno pasea por sus calles, y les oiga hablar entre ellos (que por cierto me encanta ese acento casi gallego) o se fija en sus atuendos pueda pensar que se trata de señoritos ricos y acomodados, son en realidad muy sociables y amistosos, a la par que hospitalarios como pocos. Todo eso sin hablar de su cultura céltica, poblada de duendes, gnomos, ninfas, trasgos, hadas, dragones y ogros, que tanto cautivan nuestros corazones.

Y esto es todo amigo, a mi vuelta a nuestra tierra me entra un poco la pena de dejar atrás tan agradable lugar, pero me llevo conmigo un kilo de chorizo, que siempre ayuda.

Por cierto aprovecho la ocasión para anunciar que el dia 4 del próximo año, se celebrará en el palacio de verano de sirAndreu un gran banquete popular en honor al nuevo año que está por venir. Allí os espero. Hasta más ver